El año que viene la tienda de libros online estará operativa, con mejores ventajas para los editores y sin la barrera del formato.Google estuvo en la 61ª Feria de Fráncfort, cita imprescindible anual para el mundo editorial y publicitario celebrada en la ciudad alemana de Fráncfort del Meno, para anunciar la llegada de su librería online. Google editions llegará en 2010 para llevar miles de títulos a cualquier dispositivo conectado (cualquiera sí), sin importar los formatos de las obras, ni la marca del móvil.
Ahora que tanto se habla de los formatos que unos y otros libros electrónicos soportan, Google se salta esta gran barrera y se coloca detrás de la que siempre ha respetado, Internet. Todos los dispositivos con buscador online podrán acceder –sin descarga- a las publicaciones de la tienda. Lo mejor de todo es que las condiciones de la empresa de Redmond podrían mejorar las de Kindle (propiedad de Amazon), lo que hará que muchos editores cierren el trato con el buscador. De hecho Luis Collado, Director de Google Books Search, ha aclarado que será el editor quien tendrá el control, además de una mejor acogida pues todo el que quiera podrá acceder a sus títulos sin importar qué tengan en la manos.
Las previsiones para los libros electrónicos (cuyas variantes se han multiplicado) señalan 2018 como el año en que definitivamente los libros electrónicos superen a los de papel. Hoy, y aunque a Microsoft –que parece haberse despedido de esta cachito del pastel en concreto- no parece convencer este aparatito de lectura, aunque las perspectivas son buenas y en Estados Unidos se espera que Kindle sea el hit en las compras navideñas. Con e-Libro o no, en Pc o en móvil, las editoriales se han rendido ya ante la evidencia de un futuro para los libros en digital.
Se estima que el área en el que se comenzará a usar más y mejor será en el de la educación, que resulta lo más lógico pues genera en los pequeños lectores un hábito que no tienen los adultos. Hacer click en vez de pasar página no será tan fácil para los amantes del papel, sin embargo el cambio de este gesto cotidiano también tendrá que llegar y la industria editorial debería estar preparada para ello.
En España ya hay varios proyectos en marcha que, al menos, ofrecen alternativas y siembran el futuro de alternativas a Google. Entre otras iniciativas de digitalización podemos destacar por un lado Planeta, Random House y Santillana, por otro 36-L (con Ara Llibres, Ernest Folch y Roca Editorial) y por último Zona e-books (un proyecto que pronto estará online con 200 títulos en su catálogo). Como se comprueba en casi todos los proyectos en marcha, el modelo de negocio empezó uniendo a cada editorial con su propio dispositivo. El mejor ejemplo es Kindle y Amazon, y en el caso de España estaría Luarna (primera editorial 100% digital) y su Cool-er. La apuesta de Google parece dejar al usuario la libertad de elegir el soporte que quiera. Salvado el tema formato, quedan otros no menos importantes para que en unos años las editoriales recojan sus frutos: el precio de venta, la forma de cobrar (por capítulo, por obra, por suscripción…) o cómo evitar la piratería son los más importantes, sin contar con el catálogo de títulos de que dispondrá cada modelo de eReader. Antes hay que pensar en estas cuestiones, sin llorar al papel, pues si no han desaparecido los periódicos tampoco lo harán los libros. Siempre habrá obras que merezcan el calor directo de su lector. O al menos eso nos gusta pensar.
Ahora que tanto se habla de los formatos que unos y otros libros electrónicos soportan, Google se salta esta gran barrera y se coloca detrás de la que siempre ha respetado, Internet. Todos los dispositivos con buscador online podrán acceder –sin descarga- a las publicaciones de la tienda. Lo mejor de todo es que las condiciones de la empresa de Redmond podrían mejorar las de Kindle (propiedad de Amazon), lo que hará que muchos editores cierren el trato con el buscador. De hecho Luis Collado, Director de Google Books Search, ha aclarado que será el editor quien tendrá el control, además de una mejor acogida pues todo el que quiera podrá acceder a sus títulos sin importar qué tengan en la manos.
Las previsiones para los libros electrónicos (cuyas variantes se han multiplicado) señalan 2018 como el año en que definitivamente los libros electrónicos superen a los de papel. Hoy, y aunque a Microsoft –que parece haberse despedido de esta cachito del pastel en concreto- no parece convencer este aparatito de lectura, aunque las perspectivas son buenas y en Estados Unidos se espera que Kindle sea el hit en las compras navideñas. Con e-Libro o no, en Pc o en móvil, las editoriales se han rendido ya ante la evidencia de un futuro para los libros en digital.
Se estima que el área en el que se comenzará a usar más y mejor será en el de la educación, que resulta lo más lógico pues genera en los pequeños lectores un hábito que no tienen los adultos. Hacer click en vez de pasar página no será tan fácil para los amantes del papel, sin embargo el cambio de este gesto cotidiano también tendrá que llegar y la industria editorial debería estar preparada para ello.
En España ya hay varios proyectos en marcha que, al menos, ofrecen alternativas y siembran el futuro de alternativas a Google. Entre otras iniciativas de digitalización podemos destacar por un lado Planeta, Random House y Santillana, por otro 36-L (con Ara Llibres, Ernest Folch y Roca Editorial) y por último Zona e-books (un proyecto que pronto estará online con 200 títulos en su catálogo). Como se comprueba en casi todos los proyectos en marcha, el modelo de negocio empezó uniendo a cada editorial con su propio dispositivo. El mejor ejemplo es Kindle y Amazon, y en el caso de España estaría Luarna (primera editorial 100% digital) y su Cool-er. La apuesta de Google parece dejar al usuario la libertad de elegir el soporte que quiera. Salvado el tema formato, quedan otros no menos importantes para que en unos años las editoriales recojan sus frutos: el precio de venta, la forma de cobrar (por capítulo, por obra, por suscripción…) o cómo evitar la piratería son los más importantes, sin contar con el catálogo de títulos de que dispondrá cada modelo de eReader. Antes hay que pensar en estas cuestiones, sin llorar al papel, pues si no han desaparecido los periódicos tampoco lo harán los libros. Siempre habrá obras que merezcan el calor directo de su lector. O al menos eso nos gusta pensar.
Fuente: revistadeinternet.com
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